Época: Barroco9
Inicio: Año 1600
Fin: Año 1700

Antecedente:
Flandes bajo el signo de Rubens

(C) Antonio Martínez Ripoll



Comentario

Muertas las grandes personalidades de la primera mitad del siglo, el mecenazgo real y cortesano se mostró tan impotente para erigirse en árbitro del gusto, promoviendo y subvencionando la práctica artística, como incapaces los artistas para dar nuevo aliento a sus intenciones, marcando una vía expresiva animadora de la creación, hasta el punto de que la pintura fue desplazada de su tradicional puesto rector del arte de Flandes. Su relevo lo tomaron la arquitectura y la escultura, en un acuerdo de fácil y mutua subordinación decorativa.Aunque la segunda mitad del siglo fue una etapa para dar fin a lo iniciado o para embellecer lo acabado más que para emprender obras de nueva planta, se siguieron erigiendo edificios, algunos muy suntuosos. Dentro de esta tónica, en la que el estereotipo marcó la arquitectura de Flandes, hubo sus excepciones. Como la fastuosa y turgente iglesia jesuita de Sint-Michiel de Lovaina (1650-66), proyectada por el padre Willem Van Hees (Hesius, Amberes, 1601-Bruselas, 1690), culto poeta latino metido a arquitecto, que por el peligro de derrumbe la acabaría con ayuda de Faydherbe, un arquitecto profesional.En su fachada no se excluyó el verticalismo gótico, sino que se potenció a partir de su estructura en hastial de perfil recortado y plástica decoración.A imitación de los jesuitas, que siguieron siendo los principales patronos edilicios de Flandes, con iglesias tan llamativas como las de Sint-Pieter, de Malinas (1670-77), obra del padre Antoon Losson (1612-1678), otras órdenes emprendieron por entonces una actividad edilicia muy semejante. Los benedictinos quisieron terminar la iglesia abacial de Sint-Pieter, de Gante, comenzada por el padre Huyssens (1629), pero su fachada y gran cúpula no fueron coronadas hasta un siglo más tarde. Los canónigos regulares de San Agustín se concentraron en la erección de la iglesia mariana de Vrouwekerk van Hanswyck, en Malinas (1663-78), obra de Luc Faydherbe, según un plan rectangular dilatado en su mitad, formando un salón central con deambulatorio, que soporta una pesada y enorme cúpula octogonal, adornada con bajorrelieves del mismo artista. Más escultor que arquitecto, Faydherbe (Malinas, 1617-1697) había trabajado tres años en el taller de Rubens, que alabó sus tallas en marfil, no mereciendo tal valor su quehacer arquitectónico por lo incongruente de su lenguaje (elevada fachada con dos puertas laterales en la iglesia premostratense de Le-liëndaal, de Malinas (1662), y por su torpeza ejecutiva (plan para la iglesia de Hanswyck).Pero los verdaderos rivales edilicios de los jesuitas fueron los norbertinos o premostratenses con sus principescos monasterios y sus suntuosas iglesias abaciales, de esbeltas proporciones y hondos coros. En la de Sint-Servatius, en Grimbergen, junto a Bruselas (1660), éste está precedido por una cúpula octogonal, que conforma el núcleo de un edificio colosal no concluido. En Averbode (Kempen), por el contrario, el coro se muestra en toda su amplitud. La iglesia fue iniciada (1664) por el arquitecto antuerpiense Norbert Van den Eynden (tras rehusarse un plan de Faydherbe), que ideó un organismo original: un largo coro, iluminado por anchas ventanas, precedido por una rotonda cupulada que sirve de nave para los fieles, sostenida por cuatro pilares enlazados. Van den Eynden, en la construcción de este edificio vasto y aéreo, se encontró como Faydherbe en Malinas con grandes dificultades técnicas, pero, al contrario que su rival, él sí las supo superar.La ornamentación que empezó a inundar las iglesias estuvo, por lo general, dominada por la sugestión de Rubens, entrelazada con el flujo berniniano, tanto en los retablos como, por su particular tipología, en los bancos de comunión, los confesionarios y los púlpitos. Entre 1640-50, la iglesia dominica de Sint-Paulus, de Amberes, fue decorada por Artus Quellyn el Viejo (Amberes, 1609-1668) -formado en Roma con su paisano François Duquesnoy, bajo el influjo clasicista de Algardi, sin ignorar las sugestiones de Bernini, y animado luego, a su regreso, por el barroco rubeniano- con un bello mobiliario de talla (medio destruido por el fuego), en el que destaca su confesionario con cuatro grandes figuras en madera, encuadrando el sitial del sacerdote y los reclinatorios de los penitentes. Continuando esa línea expresiva, Hendrick Frans Verbeugghen (Amberes, h. 1655-1724) desplegará su talento en púlpitos como el de la iglesia de los agustinos de Amberes (1697).Junto a estos elementos enriquecedores de las iglesias flamencas, deben añadirse los escenográficos monumentos funerarios de mármol, con la célebre Tumba del obispo Antoine Triest a la cabeza (no tanto por su tipología, basada en la clásica figura yacente, cuanto por el bello retrato del difunto), magistral obra de Jéróme Duquesnoy, el Joven (Amberes, 1602-1659), comenzada por su hermano François (1645), a la que debe añadirse la ilusionista del prelado Allarmont -cuya efigie arrodillada está hablando, en presencia de la Virgen, con un esqueleto de bronce dorado-, posterior a 1673, obra del valón Jean Delcour (Lieja, 1627-1707), discípulo en Italia de Bernini (ambas en Gante, catedral). En Notre-Dame-du-Sablon, de Bruselas, la Capilla funeraria de Torre y Tasso, erigida por Faydherbe (1651), con mármoles blancos destacando sobre fondo negro, ofrece otro excelente ejemplo de esta línea estilística, pictórica y decorativa.Los escultores y decoradores flamencos, que se especializaron en estas tipologías mobiliares, no carecieron de fuentes de inspiración. Entre las muchas, una inagotable fue la gráfica, constituida por los innumerables acabados que adornan los frontis de los libros piadosos, conmemorativos o científicos, en los que se presentan composiciones arquitectónicas esencialmente pictoricistas y dinámicas con columnas, entre las que se ubican personajes históricos, alegorías, ángeles o santos. En este sentido, ya hemos aludido a dos libros de Rubens fundamentales en el desarrollo de la arquitectura y la escultura decorativas: el que compuso con sus apuntes sobre "I palazzi di Genova" (1622) y el que inmortalizó el aparato efímero levantado para honrar al Cardenal-infante con toda la "pompa introitus" (1642). Precisamente, las pautas marcadas por Rubens en su casa de Amberes, recogidas luego en su primer libro de estampas, serán replicadas en 1641 por Jordaens en su casa amberina, así como en otros muchos edificios privados, que imitan la riqueza de su decoración arquitectónica.Broche suntuoso al Seiscientos flamenco -aunque manteniendo unas estructuras que, en lo esencial, siguieron siendo góticas, pero que se renovaron ampliamente al cubrir sus superficies con una decoración de gusto exuberante y de proporciones barrocas lo constituyen las sedes de las corporaciones cívicas levantadas en la Grote-Markt (Gran Plaza) de Bruselas (a partir de 1697), cuyos antiguos edificios habían sido destruidos tras el bombardeo francés de 1695. Obra ejecutada bajo la dirección del arquitecto bruselense Guillaume De Bruyn (muerto en 1719), los recuerdos de su formación en Italia se dejan traslucir en la fastuosa casa de los duques de Brabante (1698), que contrasta vivamente con la pintoresca sede de la corporación de los panaderos, obra de Jan Cosyn, llamada también casa del rey de España.